Con acceso directo a la recatada terraza, que curiosamente decora la fachada del hotel, el B’Artist, más que un bar, es una forma de estar, creada a partir de los trazos más libres y espontáneos que un artista puede tener.
En un ambiente íntimo, relajado y, al mismo tiempo, disruptivo, el bar es una mezcla de colores fuertes con notas sobrias, pero también es una simbiosis de obras de arte y de sensaciones.
Los cuadros no son estáticos Tienen un ritmo propio, solo acompañado por la coctelera con la que se preparan cócteles sorprendentes.
Los rincones acogedores piden la compañía de un libro, mientras que los lugares más centrales reclaman una buena música de fondo y la compañía de un tentempié original.
Un bar no se limita al espacio y el B’Artist está hecho de una carta de cócteles originales, tentempiés sorprendentes y un carisma propio de un lugar con vivencias. En el B’Artist se respira arte mientras se crean formas de apreciarlo.